CUENTO: SORA Y EL ÁGUILA, la tribu del arco iris

 

CUENTO: "SORA y el águila, la tribu del arco iris"

Este cuento es una de nuestras NOVEDADES que hemos publicado con nuestra Editorial BÁRBARA GITTINGS. (Encontrarás el texto completo del cuento más abajo)

CUENTO “SORA Y EL ÁGUILA: La tribu del Arco Iris
La Federación Andaluza Arco Iris y la asociación de Familias por la Diversidad presentan "Sora y el Águila", el segundo de los cuentos de la colección “Érase una vez… el arco iris”.

Cuento Multilingüe en Inglés, Francés y Castellano-Español.

Disponible en Amazon Kindle, haz click aquí para acceder a la versión e-book y en papel disponibles en Amazon.

El cuento "Sora y el Águila" y sus dos jóvenes protagonistas nativas americanas muestran con normalidad la atracción afectivo-sexual en la adolescencia, más allá de las etiquetas en torno a los genitales o la identidad de cada cual.

En este cuento, además, se aborda la importancia de escuchar al propio corazón, así como las señales de los sueños y de los ciclos de la naturaleza para facilitar el desarrollo equilibrado de los 4 elementos de la vida en cada ser humano: cuerpo físico (tierra), cuerpo mental (aíre), cuerpo emocional (agua) y cuerpo espiritual (fuego).

"Sora y el Águila" está basado en el cuento “Contracorriente”, galardonado con un premio internacional de literatura LGBTI+ y publicado por Amnistía Internacional en su primera guía educativa en España sobre derechos humanos y diversidad afectivo-sexual.

También disponible en VIDEO-CUENTO en YouTube, perfecto para usar en clase y como material más accesible:


EXPOSICIÓN “FAMILIAS DEL ARCO IRIS”
"Sora y el Águila" es uno de los recursos educativos incluidos en la exposición “Familias del Arco Iris” sobre diversidad de familias.

Portada del cuento

 Texto del cuento:

CUENTO: "SORA Y EL ÁGUILA, LA TRIBU DEL ARCO IRIS. Cuando tu corazón habla, todo está bien". (Colección “Érase una vez… el arco iris”)

N.º 2 de la Colección “Érase una vez… el arco iris”
Texto original: Gonzalo-Félix Jawara Tuntiak
Traducción al francés: Amandine Weykamp
Traducción al inglés: Mackenzie Spence
Ilustraciones: Soledad Ruíz González
Edición: Rafael Varón + Fer F. García
Revisión: Mercedes Molina Moreno
Editorial: Barbara Gittings - Federación Arco Iris LGBTI+
ISBN: 9798510742985
Copyleft, Junio 2021

1. LA TRIBU DEL ARCO IRIS

Sora nació un día en el que un águila enorme sobrevolaba la choza donde su madre daría a luz. Desde ese día, allí donde Sora jugaba, corría o cazaba, el águila surcaba el cielo.

Sora era una delgada y fibrosa muchacha de apenas doce años y, aunque en nuestro mundo esta es una edad muy temprana, en el poblado Sora desempeñaba ya un papel muy importante: era la encargada del Abuelo Fuego, uno de los 4 elementos originales de la vida. Cada día, a primera hora de la mañana, Sora debía encender la hoguera central del poblado. Del mismo modo, otras personas de la tribu eran responsables de las tareas relacionadas con la Madre Tierra, el Hermano Aire y la Hermana Agua.

Sin embargo, a pesar de ser la tarea de Sora una función vital, ella todavía no se sentía reconocida por el resto de la tribu como una persona adulta. Según parecía indicar la costumbre, sería considerada adulta por la tribu cuando contrajera matrimonio con un joven. La mayoría de compañeras y compañeros de juegos de Sora  ya  se  habían  casado…  ¡algunas  incluso  habían  tenido  bebés!  Sin  embargo,  a  Sora  no  le  gustaba  lo suficiente ninguno de los chicos del poblado.

Un día Sora decidió reunirse con el clan sabio del poblado, las personas más ancianas, y les comunicó su decisión: “Quiero viajar y conocer otros lugares para encontrar algún chico que me guste de corazón”.

Aunque la marcha de Sora suponía un  duro golpe para la  tribu, el clan  sabio  no supo  más  que desearle suerte en el viaje, pues desde siempre habían intuido que este día llegaría. Sora cogió sus mejores pieles, las mejores plumas para el pelo y, tomando su canoa, comenzó a descender río abajo. Había comenzado su misión: encontrar un joven para volver con él al poblado y que toda la tribu la reconociera por fin como adulta.

Bien que le départ de Sora ait été un coup dur pour la tribu, le clan des sages ne pouvait que lui souhaiter bonne chance pour son voyage, car ils avaient toujours pressenti que ce jour viendrait. Sora prit ses meilleures fourrures, les plus belles plumes pour ses cheveux et, prenant son canoë, commença à descendre la rivière. Elle avait commencé sa mission : trouver un jeune homme pour le ramener avec lui au village afin que toute la tribu la reconnaisse enfin comme une adulte.

2. EL VIAJE RÍO ABAJO

Era la primera vez que Sora viajaba sola y tan lejos. Aun así, se sentía protegida al saber que, en su aventura por el río, también la acompañarían los cuatro elementos: El padre Sol, hijo del abuelo Fuego, iluminaba su camino y sus ganas de avanzar y forjar su destino. En el primer día de viaje, justo cuando el padre Sol estaba en lo más alto, Sora vio una sombra reflejada en el agua. Rápidamente alzó la vista hacia el cielo y ¡¡¡buahhh!!! Allí estaba: era el águila enorme que una vez más volaba bajo, sobre su cabeza, acompañando a Sora en su aventura.

Las piedras de la orilla, abuelitas de la Madre Tierra, le permitían amarrar la canoa y hacer un alto en el camino. Cuando Sora sentía hambre o cansancio, detenía la canoa para comer y descansar un rato. Siempre aprovechaba para disfrutar de las vistas y los sonidos del lugar y, antes de embarcar de nuevo, recolectaba nuevas provisiones de entre las plantas cercanas: hojas y frutas, regalos comestibles de la Madre Tierra.

El viento, aliento en movimiento del Hermano Aire, ayudaba a Sora en su viaje, empujando la canoa con fuerza e inspirando nuevas ideas en su mente. A veces Sora veía junto al río un gran remolino de hojas secas, justo instantes después de que algunas ideas antiguas hubieran comenzado a dar cien vueltas en el interior de su cabeza. Era la forma en la que el hermano Aire la avisaba. Entonces, para deshacer el remolino y sentirse en paz, le bastaba con respirar profundamente, colocar su mano en el pecho y prestar atención para sentir sus propios latidos.

La corriente del río, empuje constante de la hermana Agua, mecía la canoa y el corazón de Sora con emociones de cariño y dulzura. Y sobre la corriente Sora remaba siempre al mismo ritmo: zas... zas... zas... zas... zas. Con cada golpe de remo en el agua, el águila agitaba sus enormes alas. Sora podía escuchar con nitidez ese sonido que la conectaba con su alegría, su poder y su valor interiores.

3. LAS SEÑALES DE LOS SUEÑOS

Cada tarde Sora encontraba un poblado. En cada poblado permanecía una noche y allí contaba, a quien quisiera escuchar, por qué viajaba río abajo. Sora recibía regalos que las tribus siempre dan a visitantes amables. Si esa misma noche su corazón no sentía atracción por ningún chico, Sora proseguía su camino por el río hasta la siguiente tribu.

Pasaron días y más días. El río cada vez era más ancho y eso indicaba que Sora se alejaba de su casa. En uno  de los poblados,  Sora  conoció a  Hanwi. Al  caer la tarde  esta  joven  paseaba  junto al  río  y  se acercó, curiosa, a la visitante para ayudarle a sacar la canoa del agua. Esa noche Hanwi y Sora no dejaron de hablar. Más bien era Sora quien contaba a Hanwi todas las maravillas que había visto en su viaje.

Cuando el cansancio pudo con ambas, Hanwi, dormida junto al fuego, tuvo un sueño: viajaba por el río como lo hacía Sora. En la tribu de Hanwi sabían que la hermana Luna nos habla en los sueños para darte señales del camino que has de seguir al día siguiente de haberlos soñado. Al despertar Hanwi corrió a contárselo a Sora, quien se alegró muchísimo al saber que tendría una compañera de viaje. Enseguida tomaron una canoa más grande donde pudieran remar las dos y se metieron en el río.

No dejaron de hablar en todo el día. Sora remaba delante y Hanwi detrás, sin dejar de mirar a los lados del río. Y miraba arriba, también, impresionada por el águila que acompañaba a Sora. Aleteó el águila, Sora estaba  muy  a  gusto  con  Hanwi.  Un  par  de  días  después  Sora  sintió  por  primera  vez  su  paz  y  felicidad interiores y supo que había llegado el momento de volver al poblado. Las dos juntas comenzaron a remar muy fuerte contracorriente. Ahora el viaje era más lento y duro.

4. RÍO ARRIBA: CONTRACORRIENTE

Tras varios días remando, llegaron al poblado de Hanwi. Sora pensó que allí se acabaría el maravilloso viaje juntas pero  Hanwi continuó remando  río arriba.  No quiso arrimarse a la  orilla. Sora  entendió que seguiría acompañada en aquel viaje. Esa noche Hanwi puso su mano sobre la de Sora y se besaron. Sora había encontrado por fin la compañía que buscaba.

A su llegada al poblado toda la tribu salió a saludar a Sora. Ella estaba asustada y tenía miedo por lo que pudiera pasar. Sora agarró de la mano a Hanwi y se dirigió al tipi donde pasaba el día el clan sabio. Ante la mirada ávida de noticias del clan anciano, Sora sintió una repentina tristeza, pues parecía no poder encontrar las palabras que necesitaba.

Sora, entre lágrimas y con voz firme, se atrevió a decir: "Aquí está, por fin he encontrado el amor que buscaba y se llama Hanwi. Sé que no es lo que esperabais de mí. Si es necesario me marcharé del poblado". So, el anciano más sabio de la tribu, miró a Hanwi y le sonrío diciendo: "Sora, ¿acaso el águila que siempre te ha acompañado te abandonó cuando la encontraste? ¿Por qué entonces haría tu tribu tal cosa?” Entonces, Tina, la anciana medicina de la tribu, añadió: “Hace años, el mismo día en que naciste, las hermanas estrellas y los hermanos planetas nos contaron de esta aventura y del amor que encontrarías en ella. Nos alegra vivir este momento contigo y comprobar que has elegido seguir tu destino."

5. EL CAMINO DEL CORAZÓN

La tristeza y el miedo de Sora habían comenzado a disolverse para siempre y Tina continuó explicando: “El Gran Espíritu nos da libertad para elegir y nuestro corazón nos dice cuál es el mejor camino para seguir. Cuando tu corazón elige a otra persona y el corazón de esa persona te elige a ti, ya no hay nada más que decir: Todo está bien.” Sora, cogida de la mano de Hanwi, alzó su voz sonriendo. “Gracias, tribu, por cuidarme, protegerme y enseñarme desde pequeña, y por aceptarme tal y como soy y aceptar a mi pareja”. Y finalmente preguntó: “entonces, cuando las dos nos casemos, ¿por fin la tribu me considerará como adulta?”

El anciano So retomó la palabra: “No es necesario casarse ni tener pareja para ser adulto. En esta aventura, no sólo has encontrado a Hanwi, sino que te has encontrado a ti misma: eres adulta desde el día en que te atreviste a emprender tu viaje y manejar en tu interior las energías de los 4 elementos”. Con los corazones llenos de alegría Sora y Hanwi se fundieron en un abrazo y aquella noche la tribu celebró la nueva unión con una danza sagrada en círculo en torno al fuego que ambas habían encendido. Desde ese día Sora y Hanwi vivieron juntas en la tribu.

6. LA ESCUELITA ARCO IRIS

Hoy en día Sora y Hanwi enseñan a peques y a grandes en la escuelita Arco Iris del poblado. Cada peque de la tribu aprende en ella a descubrir su propósito de vida y su más alto destino, a escuchar al propio corazón y a observar las señales que nos dan los astros del cielo. Por si fuera poco, en la escuelita también se puede jugar con el abuelo Fuego, la madre Tierra, el hermano Aire y la hermana Agua. En cada una de las 4 estaciones del año cada peque aprende a aceptar y manejar su propia energía interior, mezcla única y especial de los 4 elementos, independientemente de que sea niño, niña, ambas cosas o ninguna de las 2.

Cada mañana, al llegar a la escuelita Arco Iris, peques y grandes colocan su mano en el pecho, respiran profundamente y después repiten cantando con alegría: “Yo soy tú. Tú eres yo. Uno somos tú y yo”. Con esta canción Sora y Hanwi recuerdan a la tribu entera que todos los seres que nacemos en la madre Tierra vivimos gracias a los mismos elementos. Todas las personas, animales y plantas estamos hechas de lo mismo, de la misma esencia. Por ello, con formas, tamaños y colores diversos, somos diferentes por fuera e iguales por dentro. “Yo soy tú. Tú eres yo. Uno somos tú y yo”.


GUÍA: “ES NATURAL”:

"Sora y el Águila" es uno de los recursos educativos incluidos en la guía “Es Natural: Diversidad en el Reino Animal”, un recurso didáctico creado por profesorado del grupo de trabajo "Escuela sin Armarios" de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.

A partir de dibujos de acuarela y textos sencillos, la guía "Es Natural" tiene como objetivo despertar la consciencia y educar en el respeto a la diversidad. Para ello muestra con naturalidad, y de una manera sencilla, la diversidad de cuerpos, identidades, orientaciones y familias en las personas y en el reino animal.

Además "Es Natural" presenta 12 valores relacionados con el respeto al medio ambiente, a los animales y a los seres humanos e incluye recursos adicionales de otras ONG como Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF y Amnistía Internacional.

"Es Natural" está basada en la exposición "¿Contra natura?" del Museo de Historia Natural de Oslo, Noruega, e incluye 30 paneles adaptados a los niveles de infantil, primaria y secundaria que pueden ser exhibidos en cualquier lugar público, desde colegios y guarderías a centros culturales, bibliotecas...

La guía "Es Natural", así como otras exposiciones, libros y vídeos didácticos creados para visibilizar la diversidad desde la paz, el amor y la alegría, están disponibles en la web de la Federación Arco Iris.

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